El coraje rara vez tiene precio. Esto es cierto para los mercados, públicos o privados, las elecciones, los movimientos o cualquier organización que busque crecer. Cuando ves un acto valiente, puede tomar muchos meses para que la escala siga y la narrativa se ponga al día. Esto se debe a que los analistas y expertos no tienen idea de cómo valorar el coraje hasta que los números o las encuestas lo confirmen. Pero el coraje engendra más coraje en las organizaciones. Energiza. Conduce a más acción de más personas, lo que significa más tiros a puerta, más posibilidades de ganar, más posibilidades de crecimiento, contratos, votos, etc. Los mercados enseñan el principio, pero es cierto en todas partes: cuando ves un acto valiente, el impacto que tendrá en un resultado suele ser positivo y rara vez se entiende en el momento. Nunca ignores el coraje.
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