Todos esperamos que la administración Trump cumpla la ley y publique los archivos de Epstein el viernes. Pero hay muy buenas razones para ser escépticos con lo que sea que publique la administración Trump. Voy a compartir algunas razones por las que paso.

Para empezar, no sería la primera vez que Bondi intenta engañar al público con una carpeta llena de pienso para gallinas. Eso fue lo que hizo en primavera, lo que enfureció a los votantes MAGA que aceptaron a Trump y sus secuaces con la palabra de que publicarían los archivos.

Segundo, el trato cómodo que la administración Trump ha dado a Ghislaine Maxwell es inaceptable. ¿Quién la trasladó a un centro de mínima seguridad cómodo? ¿Quiénes son los visitantes secretos que recibe? ¿Por qué la vicefiscal general no dio seguimiento a NINGUNA de las mentiras que le contó en su entrevista?

Recordemos: Maxwell no es solo amigo de Epstein. También es traficante y abusadora en serie de mujeres y niñas. Estuvo en el corazón de una de las redes de trata sexual más notorias de la historia. A pesar de todo eso, el propio Trump dice que un indulto para Maxwell está sobre la mesa.

Tercero: la administración Trump sí asignó a cientos de agentes del FBI para revisar el expediente Epstein, pero de alguna manera no pudo localizar a más pedófilos ni facilitadores de Epstein. Porque aparentemente esos agentes fueron asignados para revisar los archivos en busca del nombre de Donald Trump y protegerlo.

Y finalmente, Bondi tuvo la oportunidad de ir tras más secuaces de Epstein cuando era fiscal general de Florida. Allí se cometieron muchos de los crímenes de Epstein, y al menos uno de sus asociados sigue viviendo en el sur de Florida, vendiendo bienes inmuebles.

Así que sería un desarrollo positivo —y un cambio real, por supuesto— que la administración Trump cediera repentinamente ante la presión bipartidista y publicara los archivos como exige la ley. Pero sea lo que sea que publiquen, tienes todas las razones para ser escéptico respecto al contenido.

Un último punto: sigo preocupado por lo que la administración podría hacer con sus archivos del DOJ Epstein. Pero la administración tiene otro expediente Epstein, enterrado en el Departamento del Tesoro. Un rastro concreto de dinero que muestra quién ayudó a financiar los crímenes de Epstein a lo largo de los años.

Mi equipo ha visto parte de ese expediente. Muestra quién pagó a Epstein y a dónde iba su dinero. Conseguir que este expediente se haga público es la clave para conseguir justicia para las víctimas de Epstein y responsabilizar a sus asociados. Y por eso seguiré el dinero.