Pronóstico: la gente somalí de la guardería montará algún tipo de ataque a sus edificios, romperán piedras contra las ventanas, afirmarán que un niño resultó herido y mostrarán fotos de algunos niños llorando. Quizá incluso quemen uno de estos vertederos. Sinceramente, esta es su única jugada ahora mismo: que Anderson Cooper baje a entrevistar a unos niños llorando.