Pobres corazones de los padres en el mundo La tía me buscó varias veces, diciendo que quería que hablara con su hijo. Le expliqué brevemente a qué me dedico, ella no entendió muy bien, pero aún así quería encontrar un camino para su hijo, dijo: “Aunque me da un poco de vergüenza, solo estoy actuando como madre, quiero ayudarlo en lo que pueda, para que no se rinda, esta familia aún lo necesita, para levantarse de nuevo. Cuando dijo esto, sus ojos se llenaron de lágrimas, aunque sé que no puedo ayudarlo, aún así elegí aceptar. El día que lo conocí, era más joven que yo, pero parecía mucho más viejo. No pasaron ni media hora, y él dijo que probablemente no podría hacerlo, ya que no entendía nada. Luego habló sobre su pasado, y también esperaba escuchar consejos de otros. No entiende la ley de sociedades, cuando el comercio electrónico iba bien, ganaba bastante, y cuando comenzó a perder dinero y las cuentas no estaban claras, surgieron conflictos entre los accionistas, él retiró parte de los fondos de la cuenta de la empresa, y sus socios hicieron una protección de activos... Dijo que trabajar es muy difícil, y no sabe qué hacer en los negocios, necesita capital, necesita oportunidades, y los gastos de mantener a sus dos hijas y la presión de la vida familiar lo ahogan, cuando la presión es alta, no tiene a quién contarle, y cuando hay alguna oportunidad, quiere aprovecharla, pero parece que no puede aferrarse a nada... Él se quedó en silencio, yo también me quedé en silencio... Al final, le dije, en realidad eres mucho más afortunado que muchas personas, al menos no te has divorciado, tienes hijos, tienes esperanza, tienes futuro. Date un tiempo, permítete estar mal, pero después de ese tiempo, debes ponerte en movimiento, tu destino lo decides tú, no lo decide el cielo, tu energía será la esperanza de tus hijos.