No puedo exagerar lo terapéutico que será esta audiencia de apelación de SBF para cualquiera que esté nervioso por si este payaso realmente se sale con la suya. La apelación fue un desastre. Los jueces sonrieron audiblemente, mientras el abogado de SBF se enfurecía por no ganar con hechos desfavorables. Se está comiendo toda esa maldita comida, amigos.