La plata y el Ethereum se han desviado, lo cual es bastante incómodo. En general, cuando el oro baja, el Bitcoin sube, y lo mismo ocurre con la plata y el Ethereum. Pero cuando el oro corrige, el Bitcoin aún no ha subido, lo que indica que el mercado de riesgo puro ha entrado en una fase de espera o en un canal descendente. El Ethereum es más sensible al riesgo en comparación con el Bitcoin. Otro indicador es que la tendencia de ETH se ha desviado de la del Nasdaq 100; la última vez que esto ocurrió fue en enero de este año (la correlación entre Ethereum y el Nasdaq 100 alcanzó 0.75), donde el Ethereum cayó antes, y luego el Nasdaq 100 experimentó dos grandes caídas. En resumen, el rendimiento excepcional actual de los metales preciosos ha superado el alcance de los ciclos históricos, como si se intentara buscar la espada en la piedra. Tanto en criptomonedas como en acciones estadounidenses, estamos en un estado de inminente tormenta, esperemos que solo sea el viento que se acerca...