Si ganáramos un dólar cada vez que alguien intentara cronometrar una corrección en el oro utilizando el análisis técnico, todos seríamos asquerosamente ricos a estas alturas. Llamemos a esto por lo que es: Una fiebre del oro. No compararía este ciclo con la década de 1970 o 2000. Los desequilibrios que alimentan la compra de oro por parte de los bancos centrales hoy en día son mucho más extremos, en mi opinión.